viernes, 10 de mayo de 2013

De la Maternidad


                                     

Se acerca el día de la madre y toda la parafernalia publicitaria se enrola frenética para ofrecerte la mejor manera de declarar tu amor a ese ser que difícilmente No sea el más importante en tu vida y uno sin quererlo se pone como más sentimental, vas por la calle y ves a la madre india casi alienada, despintada y en el súper ves a la madre citadina, producida, estresada….madres nuevas y madres sin madres, como un catálogo de raelidades.
Todos queremos ser parte de la regla, aun aquellos que enarbolan la bandera de la rebeldía casi por deporte… todos queremos, estemos o no de acuerdo con este día comercial y teorías anti consumistas, abrazar a la mujer que nos ayudo a crecer, nos amo y en esto no me limito a definir solamente a aquella que  nos trajo al mundo, sino a la que se hizo cargo de nosotros.
No soy partidaria de que por que es tu madre tenés que quererla, el amor es una respuesta generada por la mente en función a la vivencia, el amor no viene inserto en el ADN, ni es mágico como se lo pinta poéticamente, el amor se crea, se fortalece, se vivifica con actos. Tenemos derecho de amar a quien nos ame y olvidar o ignorar a quien nos olvidó.
Y en este punto creo que la mujer debe considerar la maternidad como una profesión que se elige, como el acto de voluntad más encumbrado de nuestras vidas, no como un mandato social que ve en la mujer un manantial evolutivo. A este estadío se llega con educación en libertad, inculcando a las mujeres que deben tener hijos porque lo DESEAN,  de lo contrario ese chico tiene menos posibilidades de ser un ser humano feliz.
La maternidad debe ser vista y asumida como El Gran Acto de Amor, no como un accidente, ni una venganza, ni como un gancho para atajar a la pareja, ni como un seguro de vida, ni como  el enfermero que empujará tu silla de ruedas dentro de 40 años…
Respeto igual a la que es madre con convicción como aquella que te dice; Yo no quiero tener hijos, los valores de un ser humano no se miden precisamente por los partos.
La naturaleza toda depende de ese mecanismo tan perfecto mediante el cual creamos un nuevo ser, seamos conscientes de la responsabilidad que tomamos al engendrar y perpetuar la especie.
 Desde el amor se producen los mejores frutos, aprovechemos este día, con o sin regalos, aquellos que pueden fundiéndose en un abrazo infinito y aquellos que no, amándolas más allá de la vida.