miércoles, 20 de junio de 2012

Yo me Indigno, tú te Indignas, él se Indigna

En éstas últimas semanas, un sentimiento inusitado se apoderó de un interesante porcentaje de la población paraguaya, como recibiendo ecos tardíos del movimiento mundial llamado Los Indignados, que fue recorriendo el globo levantando puños  y golpeando la puerta al Status Quo.
Dicen que la manera más apropiada de conocer un hecho es desglosándolo, hurdiendo en cada centímetro de saber.
Pero qué es la indignación, qué la genera y cómo se contagia?
Según la RAE, es el “Enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o contra sus actos”, definición esta que me parece insuficiente puesto que la Indignación es algo más que un simple enojo, es la intensificación del enfado, es una pasión que te surge desde el pecho y por sobre todo busca justicia.
Un concepto más acertado lo dio el pensador René Descartes en su “Tratado de las Pasiones” al definirla como “Especie de odio o aversión que se siente naturalmente hacia los que hacen algún mal, de cualquier naturaleza que sea, y en muchas ocasiones irá mezclada con la ira y la piedad. Sin embargo sólo se siente indignación contra los que hacen bien o mal a personas que No lo merecen”.
En base a lo consignado existe un elemento fundamental para que haya Indignación y es el sentirse o ser víctima de una gran Injusticia. La misma que vemos todos los días y claro que uno no anda por la vida indignándose de todo aquello que lo aqueja o incomoda, pero si analizamos bien, es el hastío, el cansancio, un ingrediente fundamental para por fin decir : Basta!
El paraguayo promedio suele ser cálido, inocente, empático, tímido, respetuoso de las jerarquías y en muchas cuestiones sociales, sumiso, apático y titubeante.
Una porción de estos decidió cerrar el puño y golpear la meza, y utilizó las redes sociales como queriendo mostrar una nueva facción de personas que aunque no se conocen, no estén afiliados a ningún partido político y hasta muchos, ni hayan votado aún, tienen algo que los une y es justamente ese factor cohesivo el que, potenciado por la instantaneidad de estas redes, se apropio de la masa.
Y desde el Marzo Paraguayo (como acontecimiento social movilizador) no había visto  tantos jóvenes hablando y opinando sobre la política, acusando, reclamando, demandando y exigiendo RESPETO, se despertó así un paraguayo dormido? O son los nuevos paraguayos, estos que ya no conocen a Stroessner si no más que por los libros y anécdotas de sus padres? Que  se enteran al instante de todo lo que pasa en el mundo y bien podrían ser de acá o de cualquier lugar del planeta. 
Análisis posteriores a este despertar los hay a montones, ya decretaron una muerte temprana a la Indignación,  afirmando que al no tener un líder natural, al no  estructurarse como un partido o movimiento político terminará diluyéndose.  Otros que quieren, como siempre, minimizar el hecho  diciendo que fueron unos cuantos loquitos  zánganos adictos a la Internet!, también tenemos aquellos que quieren hacer marchas por cada fondo desviado o cada licitación transada por los empresarios y el poder….ahhh me olvidaba , están los apáticos de siempre, aquellos abúlicos que  gustan de observar desde la vereda del frente y tienen los ojos grandes, el dedo acusador largo y los testículos chicos.
Independiente a cuál será el futuro de la incipiente Indignación Paraguaya, hay algo que es innegable, hemos empezado a despabilarnos, hemos comprobado que podemos sacarnos el yugo cuando queramos, que si nos juntamos podemos hacer que los rateros del Parlamento salgan por la puerta del fondo, podemos cambiar a quienes nos INDIGNAN. No hay duda, estamos madurando socialmente, tomará su tiempo quizá, pero es un proceso irreversible, ya no volveremos a ser los de antes y nuestros hijos menos!