Dicen que la
manera más apropiada de conocer un hecho es desglosándolo, hurdiendo en cada
centímetro de saber.
Pero qué es la indignación, qué la genera y cómo se
contagia?
Según la
RAE, es el “Enojo, ira, enfado vehemente contra una persona o
contra sus actos”, definición esta que me parece insuficiente puesto que la
Indignación es algo más que un simple enojo, es la intensificación del enfado,
es una pasión que te surge desde el pecho y por sobre todo busca justicia.
Un
concepto más acertado lo dio el pensador René Descartes en su “Tratado de las
Pasiones” al definirla como “Especie de odio o aversión que se siente
naturalmente hacia los que hacen algún mal, de cualquier naturaleza que sea, y
en muchas ocasiones irá mezclada con la ira y la piedad. Sin embargo sólo se
siente indignación contra los que hacen bien o mal a personas que No lo merecen”.
En base a lo
consignado existe un elemento fundamental para que haya Indignación y es el
sentirse o ser víctima de una gran Injusticia. La misma que vemos todos los
días y claro que uno no anda por la vida indignándose de todo aquello que lo
aqueja o incomoda, pero si analizamos bien, es el hastío, el cansancio, un
ingrediente fundamental para por fin decir : Basta!
El paraguayo
promedio suele ser cálido, inocente, empático, tímido, respetuoso de las jerarquías
y en muchas cuestiones sociales, sumiso, apático y titubeante.
Una porción de
estos decidió cerrar el puño y golpear la meza, y utilizó las
redes sociales como queriendo mostrar una nueva facción de personas que aunque
no se conocen, no estén afiliados a ningún partido político y hasta muchos, ni
hayan votado aún, tienen algo que los une y es justamente ese factor cohesivo
el que, potenciado por la instantaneidad de estas redes, se apropio de la masa.
Y desde el
Marzo Paraguayo (como acontecimiento social movilizador) no había visto tantos jóvenes hablando y opinando sobre la
política, acusando, reclamando, demandando y exigiendo RESPETO, se despertó así
un paraguayo dormido? O son los nuevos paraguayos, estos que ya no conocen a
Stroessner si no más que por los libros y anécdotas de sus padres? Que se enteran al instante de todo lo que pasa en
el mundo y bien podrían ser de acá o de cualquier lugar del planeta.
Análisis posteriores
a este despertar los hay a montones, ya decretaron una muerte temprana a la
Indignación, afirmando que al no tener
un líder natural, al no estructurarse como
un partido o movimiento político terminará diluyéndose. Otros que quieren, como siempre, minimizar el
hecho diciendo que fueron unos cuantos
loquitos zánganos adictos a la Internet!,
también tenemos aquellos que quieren hacer marchas por cada fondo desviado o
cada licitación transada por los empresarios y el poder….ahhh me olvidaba , están
los apáticos de siempre, aquellos abúlicos que
gustan de observar desde la vereda del frente y tienen los ojos grandes,
el dedo acusador largo y los testículos chicos.
Independiente
a cuál será el futuro de la incipiente Indignación Paraguaya, hay algo que es
innegable, hemos empezado a despabilarnos, hemos comprobado que podemos
sacarnos el yugo cuando queramos, que si nos juntamos podemos hacer que los
rateros del Parlamento salgan por la puerta del fondo, podemos cambiar a quienes
nos INDIGNAN. No hay duda, estamos madurando socialmente, tomará su tiempo
quizá, pero es un proceso irreversible, ya no volveremos a ser los de antes y nuestros hijos menos!
Me encantó tu reflexión de los Indignados. GRACIAS por compartirla.
ResponderEliminarSaludos desde Argentina
Si la indignación va dejando paso a la acción y la movilización, pues buenísimo!!
ResponderEliminarSaludos!