En verdad esta mañana, 24 de febrero, amaneció más revoltosa que de costumbre en las redes sociales. Los grupos se dividían entre la legitimidad o no de un “Día de la Mujer Paraguaya”, para mí como declarada librepensadora, nada fue más satisfactorio que ver esa masa de gente que intercambiaban sus posturas , como un armonioso ejercicio que genera Ideas, que tanto nos faltan a los paraguayos/yas .
El día de la mujer paraguaya se fija rememorando la “donación” realizada por las Residentas, de sus joyas preciosas a favor de la causa, que era, tristemente una guerra. Si, la mayoría detesta a las guerras, podemos entregarnos a interminables cuestiones axiológicas sobre la guerra, sus porqués, los vendepatrias, los malparidos y de seguro hallaremos a muchos. Ahora una cuestión es innegable, a estas mujeres (Residentas) no se les dio a elegir si querían ser las Heroínas, como toda tragedia, las atropelló y decidieron actuar. Les aseguro que si les hubiesen dejado optar entre esta penosa encrucijada y un paseo en crucero, nunca habríamos escuchado hablar de ellas!
Pero allí estuvieron, y la mínima lógica y el buen entendimiento me hacen suponer, que se apechugaron cosas tremendas, que por supuesto nosotras ni idea remota podemos tener. No, no nada parecido al Shopping en noche buena.
Eso indudablemente marcó la historia de todas las que vendrían después, cuestiones de post guerra sabidas hasta el hartazgo, como 1 hombre para 10 mujeres, fortificaron ese arcaico mal, llamado machismo y abonadas por las mismas mujeres, no es un juicio de valor, solo una acotación real y perceptible todavía en nuestras abuelas, madres y hasta ( con vergüenza lo digo) algunas de mi generación.
Pero, ojo, uno no puede vivir justificando su debilidad siempre llorando en el pasado, cual ideario sicoanalítico. Y esos genes valiosos, aguerridos, portentosos que sirvieron para bancarse a 10 hombres (Wowwwww) por la patria, dar de comer a cuantos críos huérfanos que hubiera, se regeneraron y fueron revindicandose. Y el proceso lo defino groseramente pero con mucho orgullo así; nuestras abuelas; Sufridas, nuestras madres; ya Dubitativas, nosotras; Reactivas y nuestras hijas; Altivas y Atrevidas!
Hoy esta generación de Reactivas se cuestiona mucho, esas palabras de Kuña Guapa, que encierran abuso, discriminación, opresión; NOS REPELEN, porque nos refresca en la memoria oprobios como – El hombre paraguayo que tenía que comer primero y después la mujer y los hijos - o una frase que rezaba : “A la mujer no hay que entenderla, solo quererla” , a mi sinceramente se me revuelve el estomago, reducir a la mujer a un tierno peluchito con un corazón rojo grande (fuuuu) y despojarla de su más valioso y poderoso bien ; la mente ( junto con la verba por supuesto).
Por suerte esta misma generación, tiene otro vivir, carreras universitarias, doctorados, buenísimos empleos, muchas mantienen sus hogares, otras viajan libres por el mundo, cumpliendo sus sueños, que puede ser casarse o NO y tener hijos o NO. Tus elecciones de cómo vivir tu vida NO te hacen menos mujer, si autodenigrarte , no valorarte, postergarte.
Es como un supermercado con mucha variedad, y cada una elige lo que le indica su esencia; estas son las nuevas Kuña Feliz Paraguaya!
Acá van unos fragmentos del amado Benedetti para regodearnos con su exaltación a la mujer!
¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas
Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.
Y unos humildes divagues míos;
Podemos ser las voluminosas de Botero,
Podemos ser las díscolas de Egon Schiele,
Podemos ser La Venus arrogante de Diego Velazquez, o
Una Madonna de Boticelli!
Podemos ser, somos!
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