viernes, 29 de noviembre de 2013

Tarde Gloriosa

Esa tarde dejé en vos todo mi sexo atascado,
fue como parir excesos,
fue el océano surcándome, ahogando mis dudas para nadarte todo.
Y te descubrí; 
te avasallé, 
conquisté tus pudores, 
lamí todas tus inseguridades, 
hasta verte altivo y soberbio, 
como un rey que empuña su espada para descalabrar mis ansias.
Y vos eras barro y yo te hice con mis manos , 
con la diligencia de una geisha, 
uní tu sustancia con mi saliva y en ella, 
en sus huecos lechosos aullamos tanto que los segundos pararon ensordecidos.



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